La mente de Paola ya estaba tranquila, un masaje lo logró. Las vacaciones siempre eran un gran momento, sin trabajo ni preocupaciones. Paola tenía los pies calientes y el corazón tranquilo.
Él era un buen amante, apasionado y cálido. Paola podía dejarse llevar mientras el centro de la ansiedad de su cerebro se iba desactivando y el área de toma de decisiones no brillaba de manera tan intensa como de normal.
Se alinearon las estrellas y cada constelación neuroquímica del cerebro de Paola explosionó. Llegó el orgasmo, la magia, la cumbre. Paola se sintió más viva que nunca y su cuerpo y su mente se sumergieron en el éxtasis del momento.
La puesta en marcha sexual en la mujer
En resumidas cuentas, y aunque suene contradictorio, la puesta en marcha en la mujer solo se logra cuando el cerebro se desconecta. Entonces todos los impulsos recorren su sistema nervioso hasta el centro del placer y disparan el orgasmo.
Esto solo sucede cuando la amígdala, nuestra centinela emocional y, por lo tanto, responsable de la ansiedad, se desactiva. Así, el goce requiere que esta estructura cerebral deje en pendiente todas aquellas cuestiones que mantienen al cerebro trabajando de manera constante.
La conexión cerebral con el clítoris es directa por lo que, teniendo en cuenta que su única función es dar placer y goce, la sola estimulación de este pequeño órgano pondrá a trabajar al máximo a todas aquellas estructuras encargadas de disparar los impulsos químicos y eléctricos responsables de nuestras sensaciones.
Entonces llegará el orgasmo gracias a la acción de la dopamina, de la oxitocina y de las endorfinas. Esto solo será posible con una estimulación eficaz, pues sin ella las señales no llegarán a nuestro cerebro con la suficiente intensidad como para que el orgasmo se produzca.
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Por esta razón, si la mujer no está relajada, cómoda y sin frío en los pies no podrá disfrutar del intercambio sexual de manera plena.
Así es como funciona el cerebro de la mujer durante el sexo. Dicho de esta manera parece que es un proceso lento, pero lo cierto es que puede desarrollarse en segundos o minutos. Sabiendo esto, y dado que la mujer tiene que recorrer un tramo extra en la senda de la relación sexual, debemos darle la importancia necesaria a los preliminares.
Mente y cuerpo: Una conexión tan delicada como indispensable
En la mujer, la conexión entre los psicológico y emocional y lo físico cobra una especial relevancia cuando hablamos de sexo. Este fenómeno ha sido investigado y examinado hasta la saciedad y aún no se ha llegado a una conclusión satisfactoria.
No obstante, gracias a los avances científicos en el campo de las neurociencias, y más específicamente a la Resonancia Magnética Funcional, se ha podido ver qué es lo que ocurre en el cerebro femenino de mujeres como Paola en pleno intercambio sexual.
Así, en el momento en el que la pareja de la mujer de nuestro ejemplo está acariciándola y besándola, todas aquellas áreas cerebrales implicadas en la toma de decisiones (córtex prefrontal) y las emociones intensas (amígdala y sistema límbico) permanecerán poco activadas.
Por su parte, las áreas relacionas con los genitales y otras zonas erógenas se iluminarán con mayor intensidad mientras se estimulan aquellos lugares que ponen en marcha a las constelaciones electroquímicas del placer.
De todas maneras, a pesar de los avances científicos, nuestro desconocimiento casi total de la anatomía del clítoris es algo sorprendente. Como consecuencia, aún no podemos medir en profundidad los cambios físicos que se producen en este pequeño órgano cuando se excita.
Así, digamos que la respuesta sexual de la mujer es un proceso que interrelaciona todo nuestro organismo con el mismo nivel de protagonismo.
La importancia de las emociones en el sexo
Como hemos comprobado, la gran cantidad de demostraciones, tanto a nivel científico como popular, de estas cuestiones nos hace proponer a nuestras emociones como las reinas de la fiesta.
Por esta razón es muy importante hacernos con la idea de que los preliminares constituyen todo aquello que acontece tanto en la relación sexual como 24 horas antes.
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En este sentido, la respuesta emocional es esclava de la existencia o la ausencia de todo aquello que nos atormenta o nos preocupa. Si la mujer está relajada y cómoda, probablemente todo se desarrolle con normalidad.
Sin embargo, si no logra desconectarse de aquello que le nubla el entendimiento, no tendrá ni ganas ni disposición de practicar sexo.
Esto no significa que no se ame a la pareja o que no le resulte atractiva, sino que simplemente la prioridad en la mente de esa persona en este instante es otra y eso es algo que no se puede controlar.
Es resumen y como conclusión final, cabe decir que el punto G primero está en la cabeza y solo si el cerebro se desconecta de sus preocupaciones podremos encontrar la excitación por debajo de la cintura…
Fuentes bibliográficas consultadas: “El cerebro femenino” de Louann Brizendinne y “Fisiología de la conducta” de Neil Carlson
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